viernes, 23 de noviembre de 2012

Marcar una diferencia

Lectura: Mateo 9:27-38
Y al ver las multitudes, [Jesús] tuvo compasión de ellas… —Mateo 9:3

La historia de Elizabet era, cuanto menos, conmovedora. Después de una experiencia terriblemente humillante, tomó un autobús para irse de la ciudad y huir de la vergüenza. Llorando desconsoladamente, casi ni se dio cuenta de que el autobús había parado en el camino. Un pasajero que iba sentado detrás de ella, totalmente desconocido, estaba a punto de bajar, pero, de repente, se detuvo, se dio la vuelta y caminó hacia donde estaba Elizabet. Vio que lloraba, le dio su Biblia y le dijo que creía que la necesitaba. Tenía razón. Pero ella no solo necesitaba la Biblia, sino también al Cristo de quien ese libro hablaba. Elizabet recibió al Señor por este sencillo acto compasivo de un extraño que le regaló algo.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Jesús está cerca

Lectura: Génesis 28:10-22
… Ciertamente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía. —Génesis 28:16

Samuel, de cuatro años, había terminado de comer y preguntó si podía irse. Quería salir a jugar. Pero era demasiado pequeño para estar afuera solo, así que, la madre dijo: «No, no puedes salir solo. Debes esperar que yo termine para acompañarte». Su respuesta inmediata fue: «Pero, mami, ¡Jesús está conmigo!».

Los padres le habían enseñado bien a su hijo que el Señor siempre estaba a su lado. En nuestra lectura bíblica de hoy, vemos que Jacob también había aprendido esa lección. Su padre Isaac lo había bendecido y le había dicho que buscara una esposa entre los parientes de su madre (Génesis 28:1-4). Entonces, siguió sus indicaciones y viajó a Harán.

Mientras dormía, el Señor se le apareció en un sueño y le dijo: «He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres […]; porque no te dejaré…» (v. 15). Cuando despertó, entendió lo que había oído, y declaró: «Ciertamente el Señor está en este lugar…» (v. 16). Confiando en la presencia de Dios, se comprometió a seguirlo toda su vida (vv. 20-21).

Si hemos recibido a Cristo como Salvador (Juan 1:12), podemos tener confianza y hallar consuelo en esta verdad: Él está siempre con nosotros (Hebreos 13:5). Como Jacob, que nuestra respuesta a su amor sea consagrarnos de todo corazón a Él.
—AMC
Nuestro Dios amoroso está siempre cerca… a nuestro lado eternamente.


lunes, 1 de octubre de 2012

Álamos temblones

Lectura: Filipenses 4:6-9
Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera… —2 Tesalonicenses 3:16

Mientras visitaba la Península Superior de Míchigan, me llamaron la atención dos árboles. Aunque las hojas de los otros árboles que los rodeaban no se movían, las de estos ondeaban con la más mínima brisa. Se lo mostré a mi esposa, y ella me dijo que se llamaban álamos temblones. Quedé asombrado ante el efecto visual que producían esas hojas. Mientras todos los otros parecían calmos e inmóviles, las hojas de los álamos temblones ondulaban, aunque el viento fuera sumamente débil.

A veces, me siento como un álamo temblón. Las personas que me rodean parecen moverse por la vida sin problemas ni preocupaciones, aparentemente firmes y seguras, mientras que el asunto más insignificante puede turbar mi corazón. Veo a los demás y me maravilla su tranquilidad, y me pregunto por qué mi vida puede llenarse de turbulencias con tanta facilidad. Gracias a Dios, las Escrituras me recuerdan que la calma genuina y permanente puede hallarse en su presencia. Pablo escribió: «Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros» (2 Tesalonicenses 3:16). Dios no solo ofrece paz, sino que esta cualidad forma parte de su propia esencia.

Cuando atravesamos épocas turbulentas e inquietantes en la vida, es bueno saber que la paz verdadera está disponible en el Dios de toda paz.
—WEC
La paz no es solo la ausencia de conflictos; es la presencia de Dios.

martes, 18 de septiembre de 2012

Un mensaje seductor

Lectura: 1 Samuel 3:1-10
… habla, porque tu siervo oye. —1 Samuel 3:10

Estás sentado en un teatro con las luces apagadas y disfrutando de un concierto, una obra o una película, cuando, de repente, se enciende la luz de un teléfono móvil mientras alguien lee un mensaje de texto que le llegó y, quizá, se toma un tiempo para responder. En su libro Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, Nicholas Carr dice que, en nuestro conectado mundo, «la sensación de que tal vez tengamos un mensaje» está volviéndose cada vez más difícil de resistir.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Por qué trabajamos

Lectura: Efesios 6:5-9
No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón… —Efesios 6:6

A finales de la década de 1660, Sir Christopher Wren fue contratado para rediseñar la Catedral de San Pablo, en Londres. Según la leyenda, un día visitó el sitio donde se construía este gran edificio, y los obreros no lo reconocieron. Caminó por el lugar preguntándoles a varios hombres sobre lo que estaban haciendo. Un trabajador respondió: «Estoy cortando una piedra». Otro obrero contestó: «Estoy ganando cinco libras y dos peniques por día». Un tercero, sin embargo, tenía una perspectiva diferente: «Estoy ayudando a Christopher Wren a construir una catedral magnífica para la gloria de Dios». ¡Qué contraste en la motivación y la actitud de aquel hombre!

viernes, 31 de agosto de 2012

Giro total

Lectura: Gálatas 1:11-24
… Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. —Gálatas 1:23

Bill era un amigo mío del seminario, que había aceptado a Cristo como Salvador después de vivir un estilo de vida descaradamente pecaminoso. Él lo describía así: «Iba conduciendo por la calle mientras bebía una botella de brandy y con la esposa de otro hombre sentada a mi lado. Cuando veía algunos cristianos en la acera que le testificaban a la gente, pasaba de largo y les gritaba: “¡Tontos!”. Pero, a las pocas semanas, me encontré arrodillado en una iglesia y pidiéndole a Cristo que fuera mi Salvador y Señor». La conversión de Bill hizo que abandonara sus antiguos caminos y que experimentara una nueva vida en Cristo. Se produjo un giro total en él.

jueves, 30 de agosto de 2012

Lavar oro

Lectura: Lucas 18:18-30
… sometida a prueba vuestra fe, [es] mucho más preciosa que el oro… —1 Pedro 1:7

Mientras estábamos de vacaciones en Alaska, visitamos la mina de oro El Dorado, cerca de Fairbanks. Después de recorrer el lugar y ver algunas técnicas de minería de la época de la Fiebre del Oro, pudimos lavar un poco de este precioso mineral. Nos dieron a cada uno un recipiente y una bolsa con tierra y piedras. Después de poner el contenido en la batea, agregamos agua y lo movíamos en círculos para que se desprendiera el cieno, y el oro, que es pesado, se depositara en el fondo. Aunque habíamos visto trabajar a expertos, no tuvimos buenos resultados. ¿Por qué razón? Preocupados por la posibilidad de desperdiciar algo de valor, no queríamos desechar las piedras que no valían nada.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Hasta quedar lleno

Lectura: Juan 6:25-29
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. —Juan 6:35

Un amigo mío que vive en Singapur me contó algo sobre un antiguo saludo chino. En vez de decir «¿cómo estás?», preguntan: «¿Comiste hasta quedar lleno?». Es probable que el dicho se haya originado durante una época en que escaseaban los alimentos, y muchas personas no sabían cuándo iban a comer otra vez. Cuando disponían de comida, era aconsejable comer hasta quedar satisfechos.

sábado, 25 de agosto de 2012

Despierto en el cielo

Lectura: Salmo 121
No […] se dormirá el que te guarda. —Salmo 121:3

Uno de los aspectos más peligrosos de volar es el aterrizaje. A medida que el avión se acerca a la tierra, el tráfico aéreo está más congestionado, el clima sobre la tierra puede ser mucho peor que a 9.000 metros (30.000 pies) de altura, y las pistas quizá estén ocupadas por otros aviones. Por eso, los pilotos dependen de los controladores de tráfico aéreo para que coordinen todos los detalles, de modo que todas las aeronaves puedan llegar sin problemas. Sin esos controladores, el caos sería inevitable.

viernes, 24 de agosto de 2012

Negocios riesgosos


Lectura: Lucas 9:18-27 
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. —Lucas 9:24


Cuando la crisis financiera mundial se agudizó en el 2010, los ejecutivos de un banco internacional fueron investigados por engañar a sus clientes en cuanto al riesgo que implicaban ciertas inversiones que estaban promocionando. Aunque prometían un elevado interés, la firma sabía que la inversión estaba destinada a fracasar y que dejaría sin nada a quienes se adhirieran.