LEA: Colosenses 3:22-25
… obedeced en todo a
vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo […], sino con corazón
sincero, temiendo a Dios. —Colosenses 3:22
Biblia en un año:
Job 25–27
Job 25–27
Pero había ido un poco más allá al decir: «Asegúrense de que miren hacia adelante…incluso hasta la tercera lata». Una noche, mientras Patricio ordenaba los estantes, sus compañeros de trabajo empezaron a burlarse, diciendo: «Solo asegúrate de que la primera lata esté colocada correctamente. ¿Quién se va a dar cuenta?».
Fue un momento clave de decisión para el joven. ¿Debía obedecer lo que le había pedido su jefe que hiciera o simplemente haría lo más fácil?
Todos hemos estado en situaciones donde tuvimos que tomar una decisión. El apóstol Pablo animó a sus compañeros creyentes a obedecer, aun cuando nadie estuviera mirando: «Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios» (Colosenses 3:22).
Hacer lo correcto no debe depender de que nuestro jefe esté cerca ni de que otra persona esté observando. Ser obediente no siempre es sencillo ni conveniente. Pero es lo correcto.
Recuerda: «… al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado» (Santiago 4:17).
Nuestro carácter se mide por lo que hacemos cuando nadie nos ve.
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